En días pasados
me sentía muy débil, sin dirección a seguir. Me sentía que por más que trataba,
no sentía la presencia del Señor. Me
preguntaba qué me estaría pasando. Me reunía con Dios, pero esporádicamente y
algo automática. No estaba siendo precisa e intencional.
Llame a unas
amigas de la iglesia para conversar lo que me estaba pasando. Pero antes de
ellas llegar, encendí mi computador, pero no estaba recibiendo señal de
internet. Acababa de llegar de vacaciones y tenía trabajo atrasado esperando
ser atendido. Llamo a mi compañía de internet y sale una grabación con varias
alternativas para escoger. Cuando sale la opción “connection issues” (problemas de conexion) inmediatamente el espíritu me dice: “ese es el problema”. Más tarde mis amigas
llegan e inmediatamente comienzan a hablar de la importancia de buscar la voz
de Dios y de obedecer Su voluntad.
Me quedé muda
ante tanta evidencia de que ese, precisamente ese, era mi problema. No me
estaba ocupando en mi vida de oración como debía. Era por eso que me sentía cansada, desanimada,
desconectada y dudosa de las decisiones que debía tomar.
La próxima vez
que te sientas desanimado(a), tengas miedo, dudas, te sientas débil; dale un
vistazo a tu tiempo de oración, puede ser que allí esté la solución. Toma
acción y verás como tu vida toma otro aspecto recibiendo buena señal.
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los
deseos de tu corazón”
Sal.37:4 (NVI)
Renacer
Estela
Figueroa
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