A través de los años, adquirimos creencias, costumbres y hábitos que nos ayudan a enfrentar la vida.
Pero algunas de estas estrategias van en contra de los principios de Dios. Y van en contra de Dios porque tienen un potencial muy grande de hacernos daño, o sea, no están basadas en el amor.
Puede ser que nos ayuden a salir adelante en la vida, pero no nos traerán mayores beneficios. Nuestra vida puede estancarse o nunca llegar la prosperidad o el cambio que tanto deseamos.
Mientras insistamos en practicar esas conductas, como van en contra de la verdad de Dios, crecerá en nosotros más la frustración y hasta el enojo que podría llevarnos a la depresión o a la violencia.
Hablemos de 3 principios claves si deseas traer cambios y prosperidad a tu vida:
1. Enfrenta el miedo
El miedo es una emoción muy patente cuando decidimos hacer cambios en nuestra vida. Posiblemente nos encontramos tomando una decisión de cambio en medio de un gran dolor. Este dolor lo estamos experimentando por una situación incómoda o que nos está produciendo sufrimiento.
En algunas ocasiones es porque nos sentimos impotentes o porque hay una persona en nuestra vida que se resiste a cambiar y su conducta ya está afectando a muchos en el hogar. La situación la sostiene las costumbres, “siempre ha sido asi”, “no se vivir de otra manera”, etc.
El miedo a lo desconocido puede paralizar nuestro deseo de cambio. Después de todo, nunca hemos vivido bajo otro ambiente. La baja autoestima también alimenta el miedo al cambio. No nos sentimos capacitados para resistir todo lo que tendremos que enfrentar y el resultado es, “mejor me quedo así”.
Al nosotros contemplar un cambio en nuestra vida, antes de comenzar, debemos fortalecernos espiritual, emocional y en algunos casos, hasta físicamente. O sea, si estas pasando por una enfermedad o estas débil por un tratamiento médico, espera pacientemente a que te encuentres bien de salud.
El cambio comienza en nuestro interior. A menudo mujeres me consultan que tienen la urgencia de abandonar una relación. Están en dolor o están sufriendo violencia emocional. Siempre les aconsejo que necesitan trabajar primeramente en su crecimiento personal. Saber quienes son en Cristo, aprender a tomar dominio propio, especialmente referente a la salud emocional; y segundo a evaluar cuales son sus recursos actuales que le ayudaran a comenzar una nueva vida.
Recibirás oposición, tenlo por seguro, pero “más grande es el que está en ti, que el que está en el mundo”. (1Jn.4:4)
2. Supera el deseo de complacer a otros.
No podremos comenzar, continuar o mucho menos finalizar el cambio si seguimos complaciendo a los demás.
Dios nos dice en Gal.1:10
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara los hombres, no sería siervo de Cristo”.
Dios nos pide que tomemos una decisión: agradar a los hombres o agradarlo a El. Dios desea hacer cosas nuevas en nuestra vida, pero la costumbre, comodidad o el que dirán impiden que Sus propósitos de bienestar se realicen en nosotros.
Siempre habrá personas que no quieran el cambio, porque están acostumbrados o están muy cómodos con el “status quo”, porque tienen miedo o porque no creen en el poder de Dios.
¡Antes de “tratar” de cambiar a otro, tú tienes que cambiar! Ese “otro” puede ser una persona o una situación.
Tu eres la que tienes que decidirte creerle a Dios. Esta clase de fe será el combustible que comenzará el cambio y el que te va a sostener durante todo el proceso. Tendrás que alimentar la fe del comienzo para poder continuar. Y así seguir aumentando la fuerza de la fe.
“Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios”. Jn.12:43
3. Agradece en todo momento.
Como el cambio no es nada fácil, el mantener una actitud de agradecimiento te sostendrá en todo el proceso. El agradecer te ayuda a enfocarte en las bendiciones del momento, a descansar en la soberanía divina y a acumular energías para ejecutar el próximo paso. Dios nos dice en Mt.25:23 “Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
Dios nos da talentos y dones y El espera que los utilicemos sin queja o envidiando lo que otros tienen. Aquí es donde debemos enfocarnos en vivir una vida agradeciendo a Dios por lo que nos está permitiendo pasar. No queriendo adelantar el proceso o echándole mano a lo que Dios nos prohíbe.
¡El nos está observando! Su fidelidad traerá la recompensa de cambio que tanto anhelamos.
El agradecimiento es la llave que nos abre la próxima puerta.
El agradecimiento bendice tu proceso.
El agradecimiento trae gozo a tu vida.
La primera semilla para la abundancia, es el agradecimiento. Si quieres más salud, más paz, más creatividad en tu área profesional, más armonía en tus relaciones, más gozo…comienza a desarrollar una actitud de agradecimiento.
Agradecimiento es reconocer que Dios está en tu vida y en tu situación.
Ap.21:5 “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”.